Está bien. No pasa nada. Hay que reconocerlo. ¿Dónde has dejado tu autoestima? ¿Dónde está? Porque yo no soy capaz de verla.
Autoestima
significa "aprecio o consideración que tiene uno de sí mismo".
Parece algo
importante. Algo que habría que cuidar más que a nada en el mundo. ¿Por qué?
Porque nuestra base. Es lo que nos mantiene en pie. Es lo que nos da valor.
Y mi pregunta es,
¿por qué dejas que otra persona la tire a la basura? Y no me refiero a aquellas
personas que hacen daño intencionadamente, no. Me refiero a las personas
tóxicas que sin ni siquiera saberlo, por situaciones propias, externalizan sus
responsabilidades hacia ti. Sí, hacia ti.
Haciéndote
responsable y culpable de lo que les pasa a ellos. Haciéndote sentir que tú
tienes el poder de solucionar lo que les pasa. ¿Y esto qué conlleva?
Adiós a tu
autoestima. Adiós a tu sustento. Y adiós a tu felicidad.
Porque tienes el
pensamiento y sentimiento de "tengo que", de "yo puedo
solucionarlo", "yo me encargo". Y al final, después de intentarlo
y volverlo a intentar una y otra vez sin ningún resultado, viene lo siguiente:
"No puedo,
no puedo con esto"
"Esto me
supera"
"No sé
solucionar nada"
"Todo me
sale mal"
"No valgo
para nada"
Y un largo
etcétera que te acaba sumiendo en una espiral que nunca termina.
Y volvemos a
intentarlo. De otra forma. Porque somos fuertes y no nos dejamos vencer.
Creemos que
podemos con todo.
Pero no es así; y
no es así no porque no sepamos hacerlo, no. No es así porque hemos hecho de un
problema que no era nuestro algo propio. Algo que es nuestra responsabilidad. Y
he ahí el verdadero problema.
Entramos en un
bucle del cuál no sabemos cuándo entramos ni cómo salir. Y el primer paso es
reconocer y aceptar que nos estamos confundiendo y que no es nuestro problema a
solucionar. Es el problema de una persona que apreciamos con todo nuestro
corazón, pero a la que no le han enseñado, no sabe o no quiere, hacerle frente
a su situación. Una persona que debe tomar conciencia de lo que está pasando y
que debe hacerse responsable si quiere que esa situación cambie, ya que es la
única persona que puede ponerle remedio. Y poner remedio no significa cerrarle
la puerta al problema y encerrarlo en el más oscuro cajón. No. Significa abrir
la puerta, conocerla, estudiarla y ver qué posibilidad de cosas tenemos para
solucionarlo. Solucionarlo de la mejor manera, aprendiendo de él.
Aprendiendo que
la vida no es un sendero de rosas y que ésta, al igual que te da muy buenos
momentos, te quita otros. Pero esa es la vida. Eso es el valor de la vida y el
valor de uno mismo. Madurar y crecer como personas. Pues de ahí viene el dicho:
"más sabe el diablo por viejo que por diablo". Porque de todos los
problemas que ha tenido en su larga vida, ha conseguido hacerles frente y aprender
de ellos y de esta manera, con el tiempo, será capaz de anticiparlos y de
resolverlos de manera más satisfactoria.
Pero en ningún
momento aparece como solución encajarle el problema a otra persona. A otra
persona que probablemente tenga sus propias cosas que solucionar y su vida que
estabilizar. Otra persona con una autoestima estable que se está viendo caer
por hacerse responsable de algo que no le corresponde.
Aunque parezca
difícil de entender, una retirada a tiempo puede ser una gran victoria. No es
abandonar a la persona que lo necesita, es hacerle ver que necesita ayuda.
Ayuda de personas capacitadas y formadas para ayudar, para dar herramientas.
Ese es su trabajo.
Por lo que no
confundamos parejas con psicólogos, por favor.
No confundamos esos
términos porque son contrapuestos. Las parejas están para complementar y no
para rellenar nuestros huecos. No están para solucionarnos nuestras problemas y
tampoco para dar un destino a nuestras vidas o decidir nuestro futuro. Eso
depende de nosotros mismos. Nosotros tenemos el poder de decidir, el poder de
luchar por nuestros sueños y el poder de decir "lo he conseguido",
"lo he hecho" cuando logramos lo que tanto ansiamos. Y sí, probablemente
en ese camino te han ayudado muchas personas, pero lo has hecho tú.
Y si tropiezas y
te caes, eres tú el que debes de levantarte. Porque si dejamos que los demás se
hagan cargo de todo, nunca aprenderemos y nunca creceremos como personas.
Siempre serás un niño que depende de un adulto y no hay nada más bonito que la
independencia de uno mismo.
Por todo esto,
hay que ayudar a los demás a distinguir. A distinguir roles y funciones, y a
saber que hay una solución y que no están solos, pero que tú (TÚ) no la tienes.
Si todo el mundo
aprendiera esta simple distinción, este simple hecho, se conseguiría disminuir
muchos problemas y darle la bienvenida a muchas soluciones.
Cada uno
construiría su autoestima. Una autoestima compuesta de nuestros propios logros,
y sí, de nuestras propias derrotas también, las cuales solo son tenidas en
cuenta como aprendizaje.
No te dejes
engañar. No tires tu vida. No tires tu autoestima. Porque si tú no te valoras,
si tú no te das la posición que te mereces. ¿Quién lo va a hacer?
La vida es el
mayor regalo que nos han podido dar. Es el mayor tesoro que alguien puede tener
y puede compartir con otros. Su vida. TÚ vida. Por ello, si quieres que la
gente sea más feliz, ayúdales. Ayúdales a reconocer que necesitan ayuda. Ayúdales
a buscarla en aquellos que puedan proporcionársela. Ayúdales a que estabilicen
su vida y que reconstruyan su autoestima.
Y una vez que
todo eso pase, conseguiremos ser todos los implicados en el problema, un
poquito más felices.